Cuidando la vida y el planeta

Vamos hacia delante o hacia atrás

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Vamos hacia delante o hacia atrás
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Una cosa que todos se preguntan a veces es si avanzamos realmente en la tierra, si estamos siempre igual, o si vamos como los cangrejos hacia atrás. Hay tanta polémica al respecto que nadie quiere pararse a pensar si es importante hacer algo por mejorar las cosas. Nadie piensa en el porvenir sin miedo, porque los retos a muchos niveles, principalmente ecológicos, son tantos y de tan difícil solución que ya nadie cree que el futuro puede remediarse. De hecho, las utopías que un día estuvieron de moda ahora son cambiadas por las distopias. Qué difícil es mirar hacia delante con optimismo.

Los compromisos desinteresados por un bien común están en crisis porque nos hemos agarrado a lo fácil, a nuestra zona de confort, porque el hedonismo manda sobre nosotros.

Una cosa está clara, nadie piensa que el mundo puede terminarse. Todos siguen su vida sin realizar grandes compromisos de cambio, más que nada porque nadie está dispuesto a que su estilo de vida sufra algún cambio. Es feroz el modo en cómo nos agarramos a la vida a la que estamos acostumbrados. Es absolutamente intensa la manera en cómo el placer se coloca en primera línea, haciendo del hedonismo la principal motivación de existencia para muchos. Es increíble cómo muchos viven atados a la apariencia física o de otros tipos, sin poder admitir cosas naturales como el paso del tiempo y su impacto en nuestra presencia y salud. Es increíble cómo la gente huye de hacer cosas por los demás si no es a cambio de un beneficio claro. Y así un largo etcétera de impedimentos para vivirnos desinteresadamente comprometidos por un bien común, que se traduce en primer lugar en cuidarnos a nosotros mismos, a los más próximos y a la Tierra.

Nadie sabe qué pasará en la Tierra, aunque se sospeche. Eres tú el motor de ese cambio necesario que puede salvarnos a todos.

Si quieres saber qué va a pasar en la Tierra los próximos años, solo te diré que nada bueno si decides seguir viviendo cómo hasta ahora. No obstante, si quieres hacer cambios y transformar tu vida, quizás haya aún esperanza para todos. Eres tú quien puede salvar el mundo del desastre. Sé que dudas, pero eso no significa que esa posibilidad no exista. Te crees quizás que la vida va a acabarse o que nada va a avanzar a mejor, que hay quizás demasiados egoísmos en todos, pero te diré algo, eso que ves, lo estás construyendo tu mismo con tu actitud. La única manera de que las cosas se transformen y que de verdad podamos salir airosos de todos los retos que se nos presentan, es que abramos el corazón, primero a nosotros mismos, y luego a todo lo demás, incluyendo obviamente las personas que te rodean, pero no solo, es necesario entrar en contacto profundo con lo natural y respetar las leyes de la naturaleza.

Creemos que la ciencia por si sola sin que nosotros hagamos nada lo conseguirá todo, pero la realidad es que sin tu aportación nada será posible, y el cómo te sentirás depende en buena medida de lo que harás.

No respetamos lo natural. Nos creemos que lo artificial es más potente. Que la química, la tecnología, y en general la ciencia encontrará soluciones para que podamos continuar sin que yo tenga que hacer algo para que las cosas sucedan. Dejo que la responsabilidad de todo recaiga en manos de los demás, y no nos damos cuenta cómo con esa manera de comportarnos liberamos a la maldad dentro de nosotros. Claro que ya nadie habla de bondad, ni de maldad. O sí. Lo que está claro que es un egoísmo colosal pensar que son los demás los que deben cambiar y yo seguir atrincherado en mi bienestar sin perder nada y ganarlo todo. Esa manera de actuar nos coloca en un nivel de consciencia bastante desventajoso, y no sospechamos las consecuencias que eso puede acarrear a nuestra existencia, de cómo podemos sentirnos con nosotros mismos. Pensamos simplemente que yo tenga las comodidades a las que estoy habituado y que los demás se desangren en empeñarse hacer algo que a la vez no ocurrirá hasta que todos los que piensan como tú decidan hacer algo.

Mezclar basura en los contenedores estropea el trabajo de quienes lo hacen bien. Sin embargo, aunque el despropósito sea a veces grande, nadie quiere ser corregido.

No puedo decirte mucho de cómo es mi vida personalmente, pero llevo años comprometida, evitando generar más basura, reciclando todo lo que puedo, y muchas cosas más, y veo a veces cosas que me alarman, como ver que alguien ha metido una aspiradora dentro del contenedor de lo orgánico. Me temo que eso hace que todo lo que hace mucha gente por separar se convierta en inservible. Si no lo hacemos todos bien, de nada sirve. ¿Cómo crees que podemos avanzar si nos dedicamos a estropear lo que algunos procuran hacer mejor?. Eso lo veo cada día, y aunque en SoySol hacemos talleres de reciclaje, la gente que se sensibiliza con el tema es poca, la mayoría le entra la información por un oído y le sale por el otro. Recuerdo a Manuel, una persona que viene a meditar con nosotros, que reclamó a una persona cuando en ese instante mezclaba todo en los contenedores sin reparar en su atroz maldad. Ésta vociferó contra él, porque la gente no quiere ser corregida. Y Manuel piensa que quizás lo mejor es hablar con mucha dulzura para que lo tomen entonces por un estúpido al que también vociferarán o simplemente ignorarán.

La falta de civismo y responsabilidad hace que las sanciones sean a menudo la única forma de cumplir la norma, y eso habla muy mal de nosotros.

¿Qué hacer cuando veo comportamientos que destruyen en vez de construir?. La mayoría de las veces vemos el acto, pero no al ejecutor del mismo. ¿Qué hacer si le pillamos infraganti?. ¿Callar?. ¿Reclamar?. ¿Denunciar?. Te diré qué debemos hacer. Poner una multa gigante para que la gente sepa que eso es un delito y se lo piensen dos veces antes de cometerlo. Claro, eso es atroz. ¿Y por qué hay tantas normas?. Porque la gente no colabora cívica y responsablemente con lo que es bueno que se haga. Eso es todo. Nos quejamos de las sanciones, pero parece que son inevitables o de lo contrario nos pasamos la sugerencia por el forro sin el menor escrúpulo, como si no me importase nada la vida de nadie, ni la mía, como si en realidad yo estuviese siempre por encima de los demás porque no estoy dispuesto a colaborar. Por eso a veces las sanciones son inevitables, porque la irresponsabilidad y el egoísmo fatal solo puede pulirse de esta manera.

Cumplir las normas de reciclaje sería lo mínimo a hacer, porque lo ideal es comprometerse más contundentemente, pero no apoyamos siquiera los proyectos que suman. Eso sí, industrias como la de los videojuegos se forran, mientras otros que buscamos hacer algo por todos no llegamos a fin de mes.

Ahora bien, si Manuel se encuentra con alguien que lo hace bien, ¿qué debería hacer?. Nada. Así de fácil, porque hacerlo bien no es algo que haya que recompensar. Hacerlo bien es lo mínimo que podemos hacer ya que lo que sería ideal es que te comprometieses y empezases a hacer algo para invitar al resto, como una charla divulgativa de cómo consigues consumir menos plástico. Es tremendo, pero yo que compro a granel el detergente, me encuentro con que la dueña es una autónoma que a duras penas puede llegar a final de mes, y que tiene que inventarse soluciones para no cerrar. ¿Cómo es posible que este tipo de negocios no crezcan como los hongos?. Eso sí, la industria de los videojuegos no deja de facturar millones. ¿Qué es lo que realmente nos interesa?. Me doy cuenta que las aficiones y hobbies de las personas dicen mucho de ellas. Mi afición es no parar de trabajar para que la gente aumente su nivel de consciencia, y veo que no cubro mis gastos y que tengo que dejarme de hacer tanto para dedicarme a buscar un trabajo que me dé de comer, porque todos consideran que si yo quiero hacer esto es mi problema. Y ni a veces mi familia, ni muchos de mis amigos más próximos me ayudan donando 2 euros al mes. Y digo 2 porque si donan a la Fundación SOYSOL 10 Euros al mes, hacienda les devolverá el 80%, además de adquirir con esos 2 Euros ventajas de valor económico superior a lo que aportan, por no hablar del valor cualitativo inmedible.

Apoyar proyectos que contribuyan a transformar las cosas que no funcionan bien, no es algo que interese. Si apoyo, a veces es solo porque voy a tener algo a cambio cuantificable.

Como ves, no solo no hacemos, sino que no dejamos que otros que están cien por cien comprometidos puedan hacer de verdad, porque lo que interesa es el último modelito, el videojuego más atroz inventado para que jueguen con mi mente y manipularme subrepticiamente, pero apoyar a un proyecto que se dedica de manera exclusiva a que todos salgamos ganando, es algo que me lo paso por el forro, ya que no me interesa en lo absoluto. Y si dono algo es para tener un beneficio, como un descuento en alguna actividad remunerada, no porque realmente haya abierto los ojos a que, si no contribuyo en este plan que debería ser de todos, pues al final nadie ganara, y absolutamente todos perderemos. Así de sencillo es todo. No apoyamos a los proyectos que realmente quieren transformar estructuras para hacer cosas que verdaderamente tengan impacto en todos nosotros.

Si no apoyas, al menos no estropees las cosas mezclando malamente la basura en los contenedores. Por ti que no reciclas y cierras los ojos, España ha sido denunciada en la UE por incumplir flagrantemente el objetivo de reciclaje.

Si quieres ayudarnos, ya sabes dónde estamos. Y si no confías en nuestro proyecto, únete a otro que sí haya conquistado tu corazón, y si tampoco te interesa eso, pues has lo mínimo que puedes hacer que es no estropear las cosas poniendo una aspiradora dentro de un contenedor de orgánico. Así de fácil. No estropees las cosas que los demás intentamos construir. España tenía un objetivo de reciclaje y la ONG Ecologistas en Acción ha denunciado en la UE a nuestro propio país porque lo incumplimos de manera flagrante y vergonzante. ¿Y sabes quién incumple?. Tú que has puesto una aspiradora en el contenedor de orgánico. Tú que no quieres hacer cambios haciendo lo mínimo que está a tu alcance. Tú que no insistes a la administración que te ponga contenedores cercanos si es que aún no los tienes. Tú que te crees que todo es hecho o con malas intenciones o para molestar, y que no quieres contribuir con proyectos que sí suman. Tú que has pensado que hay que tener una sanción gigante para que realmente dejes de estropear las cosas.

Sé ejemplo de lo correcto y verás como la gente se suma y cuando seamos muchos, quienes sigan sin enterarse se verán abocados a cambiar, y las excusas que ahora nos ponemos para no hacerlo perderán todo su sentido porque son falsas.

Y volviendo a nuestro tema. ¿Qué debemos hacer?. Una cosa muy sencilla, ser cada uno ejemplo de lo mínimo que podemos hacer. Eso sí haría crecer una marea de gente alrededor que provocaría que, realizar hechos flagrantes como el que te conté de la aspiradora, llevaría a esas personas que los cometen, todavía impunes, a sentir pudor y se frenarían en sus ansias de hacer daño, porque temerían ser juzgados como malos, o porque quizás solo sentirían vergüenza de ser descubiertos al margen de la multa que se podría imponer si la situación no se reconduce. Y ese ejemplo sería lo normal y no al revés que la gente piensa que no hay que hacer nada. La justificación de que en el camión de la basura todo se mezcla o de que hay que contratar gente para que clasifique mi basura, es un egoísmo encubierto, porque todo mundo sabe que eso es falso. Los camiones de basura vienen seccionados por dentro y por eso pueden recoger contenedores distintos. Y no podemos dejar que empleados y más empleados hagan lo que yo no hago, porque el tiempo necesario de hacerlo así no solo es descomunal y haría que esa labor fuese absolutamente ineficiente, sino que sería penosamente pagada con nuestros impuestos. Y luego te quejas de que tienes que pagar un poco a hacienda. Pues bien, no te quejes tanto y has lo que, como ciudadano, ya no de España, sino del mundo, debes hacer para que las cosas terminen bien para todos.

Si no hacemos algo de verdad, la fuerza de los acontecimientos impondrá los cambios a la fuerza, y a pesar de ello, la fuerza del cambio es atacada por movimientos reactivos que aluden a la perdida de derechos cuando se nos obliga a hacer algo que debimos hacer voluntariamente hace mucho.

Así son las cosas, no queremos transformar nada porque no solo da pereza, sino porque no tengo ganas de sumar en el mundo. No quiero contribuir al cambio que será impuesto a la fuerza si seguimos así. De allí salen muchos movimientos reactivos al cambio que dicen que todas las normas para cuidar las cosas son imposiciones arbitrarias injustas que según ellos nos quitan derechos.  ¿Derecho a qué?, ¿a qué sigas destruyendo lo bueno que existe?.  Según algunos estas medidas son para convertirnos en sus títeres. Títere es el que no se ha enterado aun cómo están las cosas en el mundo y se conforma con ver la televisión o serie tras serie, o jugar un videojuego, pensando que ese entretenimiento borrará toda culpa de no hacer nada por nadie. Y esa es la cruel realidad con la que nos enfrentamos hoy. Y tengo que hablar alto hoy porque ya está bien de hablarte suave. Hoy te expreso mi amor de este modo, para decirte que no podemos seguir viviendo como hasta ahora o los cambios inevitables que están en marcha nos aplastarán a todos. Ya te he contado muchas cosas, pero hay una con la que no puedo dejarte sin respuesta. ¿Vamos a perderlo todo?. ¿La Tierra va a acabarse?. ¿Nos extinguiremos como especie igual que la acción del hombre ya ha extinguido a miles de especies animales y vegetales?. Te digo una cosa. La respuesta es: “Si tú quieres que eso pase no hagas nada por mejorar las cosas”. Si por el contrario quieres rescatar la naturaleza y convertirte en alguien que suma en el mundo, comprométete a transformar las cosas, y verás que entonces todos nadaremos en una dirección que prevendrá muchos desastres. Las distopias están de moda porque es imposible pensar en la utopía de un mundo que puede salvarse de la hecatombe.

El futuro lo escribimos ahora, si no quieres ayudar, al menos no frenes las cosas con excusas e irresponsabilidad.

Si crees que en realidad no hace falta cambiar nada, porque ya te han dicho que todo lo que hay que hacer es una manipulación de otros, ya te digo que estás perdiendo el tiempo inútilmente y estás frenando el cambio tan necesario. Si lo que quieres es de verdad hacer algo, como dicen por ahí: “coge de una vez tu camilla y anda”. Nadie lo hará por ti. Si tú no eres capaz de sumarte a la marea que se abalanza hacia la transformación, entonces por lo menos no frenes el cambio con excusas, con mitos, con leyendas urbanas y con despropósitos. No nos dañes incumpliendo la norma, aunque todavía no haya apenas sanciones por hacerlo. Solo has lo que se te pide desde las instituciones para reciclar, para reducir un consumo superfluo e innecesario. Mira si realmente hay algo que puedes hacer por ti y por los demás y hazlo sin más.

Irse a marte no es la solución, es la imposición de quienes no quieren hacer nada por la Tierra, de quienes ya han tirado la toalla sin saber que nuestra vida en marte sería miserable en relación a la vida en nuestro planeta.

En fin, ya sabes que lo que va a pasar está siendo escrito ahora mismo entre todos. Y no basta que te diga que no puedes irte sin hacer nada, ya que nadie se puede ir a marte todavía. Y además, ¿de qué sirve ir a marte?. ¿No es más sencillo salvar la Tierra que tiene las condiciones ideales para ser habitada por humanos?. ¿Cómo crees que sería tu vida en marte?. Piensa que todo lo que haces aquí no podrás hacerlo allí. Y si tienes tanto dinero como para viajar al espacio con los riesgos que eso conlleva o eres un misionario convencido de que eso es lo que hay que hacer, no dejes a la vez de hacer algo por la Tierra, porque perteneces a la Tierra no a marte. No te olvides que la vida está aquí, no allí. No te olvides que el agua que escasea está todavía aquí, no allí. No te olvides que quizás un día mirarás con tristeza que no hiciste nada por todos nosotros pudiendo hacer mucho.

No creo en la bondad de quienes invierten en conquistar marte, más bien pienso de ellos que no tienen ya nada más que dinero, y por eso buscan esos proyectos que solo demuestran que no aman a nadie.

No me creo el cuento de quienes exploran colonizar marte lo hagan por intereses loables. Más bien creo que el interés que tienen es mera curiosidad. Es tener adrenalina, porque ya se han quedado vacíos de tanto dinero, ya que ese dinero no les ha llenado, sino al revés, les ha dejado desnudos ante la realidad de que siguen sin ser felices teniendo supuestamente todo, menos algo, el amor que haría falta para abandonar ese proyecto y sumarte al que de verdad hace falta. Claro, dirás que yo deliro. Eso diría yo de ti muchas veces y callé. Y ahora que sabemos quiénes somos, te diré una cosa, si me estás por fin leyendo, debo decirte que hace una semana alguien que leyó tu autobiografía y que te admira me preguntó por ti, y le dije que me dabas mucha lástima. Lo siento, eso es lo que de verdad siento, porque sé que nadie te quiere de verdad, porque solo te rodea mucha gente que te hace la pelota interesada en tener un poco de lo que tienes, y sé que eso es tan duro, que no me cambiaría por ti, aunque vinieses a regalarme todo tu dinero para experimentar que es no tener casi nada en relación a ti. Una cosa te diré, si realmente quieres dejar huella en el mundo, te invito a que lo hagas, porque quizás así muchas cosas cambiarían para ti y entonces empezaría a sentir que de verdad eres una buena persona.

Mi visión del futuro es distinta a la de la mayoría. Yo sí creo que estemos aún a tiempo de mejorar las cosas, pero sé que hay que darse prisa y emprender el cambio cuanto antes.

Ahora no sé cómo decirte que un día las cosas van a cambiar, pero no será cómo tú piensas, será cómo nadie imagina que será. Yo tengo una visión distinta de lo que va a pasar. Y por supuesto no tengo tampoco la bola de cristal en mis manos y no conozco el futuro y no quiero saberlo porque me arruinaría el presente, pero si te puedo decir una cosa, yo sí creo en que las cosas van a mejorar, y es gracias a ti que por fin has decido leerme, porque llevas tiempo sin leerme, aunque a veces te lleguen mis artículos o videos o podcast. Ya sabes que todo eso está ya a tu alcance, y no sé si dirás que no vale la pena, pero a su vez sé que, si has leído hasta aquí, es porque como yo crees todavía que, aunque tenemos que darnos prisa, estamos a tiempo de que las cosas se enderecen. Únete al cambio y lucha por la libertad real, la que habita dentro de ti, la que jamás será violada por nadie, la que te llevará a conquistar tu felicidad. Gracias por sumar en el mundo.

El cambio real te dará la libertad que tanto anhelas. No es incumpliendo los deberes como ciudadano como la conseguirás, sino sumando en el mundo.

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